En nuestro día a día como abogados no todo es fácil y mecánico. En muchas ocasiones debemos pararnos a hacer cálculos que no siempre son claros o estáticos. ¿Cómo sueles hacer para calcular intereses jurídicos o legales?
Intereses legales, ¿qué son?
Los intereses legales son un tipo de interés no pactado, sino establecido por ley. Acreedor y deudor no pactan estos intereses, en ese caso son denominados intereses convencionales.
Los intereses legales determinan cuál es el interés aplicable a la cantidad adeudada en función del interés legal del dinero, comúnmente conocido como precio del dinero, y que es fijado por la Ley de Presupuestos Generales del Estado. En 2021 este interés se ha fijado en un 3%.
Los intereses procesales son todos aquellos que se devengan en favor del demandante por un proceso de condena.
Deben diferenciarse de estos intereses los intereses de demora, que se devengan en caso de que el deudor incurra en mora. Lo más habitual es que los intereses legales determinen cuál será el interés por la incursión en mora como la indemnización por los daños y perjuicios causados.
Estos intereses se aplican por días y conforme a los años que hayan transcurrido ,desde que se hicieron los pagos indebidos hasta la fecha de la sentencia, y según los porcentajes fijados para cada año.
Dentro de los intereses de demora se encuentran los intereses de demora en operaciones comerciales. Pueden atenerse al pacto que se haya realizado entre deudor o acreedor o aplicarse por defecto: en este caso será la suma del tipo de interés aplicado por el Banco Central Europeo a la operación principal de financiación más reciente, más siete puntos porcentuales.
Algunas de las características comunes que comparten todas las clases de intereses son las siguientes:
- Están vinculados a una obligación principal.
- Homogeneidad con la naturaleza de la obligación principal.
- Se fijan de forma proporcional a la obligación.
- Se calculan de manera periódica.
¿Cómo aplicar los intereses moratorios?
Este ha sido un tema que ha generado ruido y polémica a lo largo de los últimos años por la aplicación de intereses moratorios en las conocidas cláusulas suelo.
El devengo de los intereses debe producirse desde que se solicitaron judicialmente, o incluso extrajudicialmente, con la presentación de la demanda, aunque se conceda una cantidad inferior a la solicitada. El deudor entra en mora desde que es informado de la existencia de la deuda y su reclamación y no antes. Esto puede hacer que la cantidad adeudada por los intereses moratorios sea inferior a la reclamada inicialmente.
Por tanto, para proceder al devengo del interés moratorio se deberán cumplir tres condiciones:
- Que estemos tratando de una deuda dineraria.
- Que se haya cumplido el plazo de vencimiento y no se haya satisfecho el pago.
- Que se haya pactado previamente que la obligación devengará intereses.
Como se ha pactado expresamente la obligación de pago de los intereses, cuando se interponga la demanda se solicitará que los intereses moratorios se abonen desde la fecha en la que el deudor incumplió el pago de la obligación principal.
Debemos tener en cuenta que los intereses remuneratorios, como es el caso, tienen un plazo de prescripción de tan solo 5 años que está regulado en el art. 1966 del Código Civil.
Es por esto que se deberá reclamar el pago de los intereses en un plazo inferior al citado o solo se podrían recuperar los intereses devengados durante los últimos 5 años.
Software para controlar el cobro de intereses legales
Ya hemos hablado de la necesidad de contar con herramientas digitales para la gestión de expedientes jurídicos o qué puntos son interesantes a la hora de elegir soluciones digitales para digitalizar las labores cotidianas de abogados o despachos.
Sin embargo, poco se habla de la necesidad de contar con apoyo digital a la hora de realizar tareas como el cálculo de intereses en nuestra labor profesional como abogados y procuradores. Al llevar a cabo el seguimiento de los cobros de intereses del despacho, los diferentes tipos existentes y el hecho de tener que revisarlos y calcularlos en función de los tiempos transcurridos desde la contratación o el plazo vencido, pueden generar una carga de trabajo innecesaria, y en muchos casos, molesta.
Este podría ser uno de esos motivos para decantarse por un software jurídico específico en lugar de resolver las necesidades del despacho con un software genérico. No se trata solo de contar con una calculadora que actualice los intereses legales, sino que nos permita ajustar intereses y fechas a cada una de las facturas y llevar un seguimiento automatizado y sencillo de los cobros en el que no debamos preocuparnos de su estado.
Son esta clase de detalles los que facilitan y agilizan el trabajo de abogados y procuradores, y marcan la diferencia al trabajar con un software específico, creado para resolver las necesidades del despacho desde su conocimiento.
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